Pura nostalgia con este libro. Día a día, los últimos momentos de un anciano en su soledad, sin su esposa, ahora muerta, y alejado de cualquier contacto con personas. Sólo se le presentan recuerdos, con los que lidia acada momento, si no se entretiene pasando el tiempo espiando a los vecinos. La forma en que el mundo ha cambiado se hace evidente al protagonista de esta historia. Vive para cumplir una promesa: tomar su café día a día con una cucharada de las cenizas de su esposa. Pero apenas puede levantarse de la cama y no sabe si podrá terminar el trabajo, para después arrojarse al mar y descansar en él. Espera que el agua hierva y que el silbido de la tetera lo despierte y anime a dejar la cama.
Como buen islandés, el autor es muy ligero de prosa, preciso en los detalles y en las atmósferas y sentimental como pocos. Pero no es ese sentimiento cursi y nauseabundo, sino el retrato de una situación que podría ser cotidiana, y que sólo refleja una cosa: nostalgia. Hasta el título de este libro lo refleja. A pesar de ser un texto ágil de leer y con pocas páginas, la trama es sumamente lenta, pesada, agobiante, y refleja a la perfección y con gran habilidad, esa nostalgia. Muy recomendable para las personas mayores, los que anhelan un pasado o los que simplemente buscan la oportunidad ideal para cortarse las venas con galletas de animalito (vigílenlos a todos y no dejen armas blancas a su alcance). Si te gustó la película Amour, este libro es para ti.
Por Eric Angeles Todos los foquitos brillaron esta vez, pero no le trajeron ningún alivio.…
Por Nestor Peña En dos o tres ocasiones llegaste, llegué y llegamos. Hasta ahí todo…
por Ubaldo Rocha Out from the asylum y Welcome home fueron las canciones encargadas de…
Pepito Zapata Estaba acostado panza arriba con la cabeza mirando hacia su derecha. Despertó por…
Ana P. Aparicio En estos últimos años de nostalgia de remakes, conciertos de aniversario y…
Para Maribel Peña Nestor Peña Era mi cumpleaños y estaba solo. Bueno estaba mi tío…