La información y comunicación son, sin duda, dos de los pilares en los que se asientan las sociedades humanas. Actualmente, para millones de personas, internet es uno de los principales medios de emisión de información y sirve como plataforma para comunicarse, explorar y aprender. Pero ciertos factores como el rápido desarrollo de la web, la creciente incorporación masiva de información en su estructura y la incertidumbre de las interacciones humanas en la red causan que algunos usuarios perciban la información disponible como ruidosa, redundante y hasta errónea. Pero, ¿realmente hasta qué punto esta ubicuidad incierta de la información nos afecta? ¿Es confiable la información de libre acceso en internet para obtener un aprendizaje significativo? En pocas palabras: ¿cómo afecta internet a la inteligencia colectiva de las sociedades?
Aprendizaje e inteligencia colectiva
La inteligencia colectiva es la capacidad de un grupo para resolver problemas que cada individuo del colectivo, de forma personal, no sería capaz de resolver ni, incluso, de entender. Esta capacidad para resolver problemas se fundamenta en el hecho de que lo aprendido, y no sólo la herencia genética, influye en la supervivencia de los individuos. Y ya que nuestro aprendizaje transcurre en un ambiente social, no puede discutirse que este depende de la colectividad que esconde; exhibe, reprueba y demanda conocimientos y actuaciones, lo que sirve de guía para la aprehensión y la asimilación de conocimiento.
La inteligencia colectiva entendida como la potencial ventaja de agregar decisiones individuales a un colectivo es una definición que se queda corta, pues la agregación puede potenciar igualmente el aprendizaje y la creatividad del colectivo; o dicho de otro modo: un mejor aprovechamiento de las oportunidades de agregación nos ayudaría a comportarnos más inteligentemente, lo que podríamos interpretar sencillamente como un camino hacia una mayor calidad de vida.
Ahora bien, si aprendizaje, toma de decisiones y creación son procesos mentales de tratamiento de información que muestran importantes dimensiones sociales, entonces podríamos plantearnos la siguiente interrogante: ¿pueden los sistemas de procesamiento de datos que ofrece la computación y las crecientes y accesibles telecomunicaciones servir de alguna manera para la creación y adquisición de este tipo de inteligencia colectiva por cada uno de nosotros?
Evolución de Internet
El Internet está evolucionando, sin un diseño maestro, pues su desarrollo histórico está lleno de incertidumbre, así como su escala y estructura, esto conlleva que la distribución de contenidos (por ejemplo texto, imágenes, audio, música, etc.) y la estructura con hipervínculos de las páginas web también son inciertas. En los últimos años, ya entrado el siglo XXI, con el rápido desarrollo de los servicios web, la web semántica, la Web 2.0 y el almacenamiento en “la nube”, la estructura de internet ha sido moldeada gradualmente; de esta manera se ha considerado como una infraestructura para intercambiar y compartir ideas, lo cual hace que la percepción y capacidad cognitiva de las personas vayan más allá de las barreras físicas y temporales; sin embargo, y a pesar de este enorme potencial que brinda internet, se podría pensar que la ubicuidad y anonimato de los contenidos podrían conducir inevitablemente a que la información en internet sea ruidosa, imprecisa, redundante y hasta errónea.
El planteamiento anterior tiene lógica por la vastedad de contenidos en la red, pero si seguimos con la misma idea fundamental de que internet se maneja de una manera completamente nueva en la actualidad, donde se ha incorporado el factor humano y la interacción se ha convertido en un componente central en su uso (interacción por correo electrónico, blogs, compras en línea o comunicación instantánea) ocurre así la formación de varias redes complejas utilizando diferentes tipos de relaciones (por ejemplo, relaciones de amistad en redes sociales, “seguir a alguien”, comentarios, etc.) y a la par del constante desarrollo de las redes, las personas también están cada vez más preocupadas sobre los individuos en Internet que tienen actividad, los comportamientos colectivos que se basan en la interacción, y la inteligencia colectiva que emerge de ésta.
La inteligencia colectiva y la Web 2.0
Una de las principales características de Internet hoy en día es que cualquier usuario, individual o colectivo, puede convertirse en emisor de información, creando y publicando su propio sitio web ya que las herramientas de publicación 2.0 permiten hacerlo de manera muy sencilla. La Web 2.0 no sólo ofrece herramientas para trabajar en entornos contributivos, además, otorga a la comunidad la posibilidad de ejercer su inteligencia colectiva.
Con Web 2.0 nos referimos a todas aquellas utilidades y servicios de internet que se sustentan en una base de datos, que pueden ser modificados por los mismos usuarios, ya sea en su contenido, al editar la forma de presentarlos o ambas de manera simultánea. Dicho de otra forma, una aplicación en línea podrá considerarse como Web 2.0 cuando permita la interactividad de contenidos de manera contributiva.
En el entorno Web 2.0 nos encontramos ante aplicaciones cuya importancia reside en la clasificación de la información. En el entorno colaborativo de las aplicaciones 2.0 los usuarios mismos se convierten en los indexadores de tal información y en algunos casos lo hacen relacionándola con palabras clave o marcas (tags) que ellos mismos eligen libremente. Esta libertad del usuario para etiquetar la información se ha bautizado con el nombre de “folksonomía” y se opone, en cierta forma, a la taxonomía tradicional, donde las categorías de clasificación están previamente establecidas. De esta manera habrá un gran número de personas trabajando, de forma continua, voluntaria y gratuita, en la clasificación de material, o lo que es lo mismo, dando significado a contenidos de todo tipo (sitios web, imágenes fotográficas, material audiovisual…) dando forma consciente o inconscientemente a una web semántica.
Estas actividades de la inteligencia colectiva que realizan los usuarios forman parte de la producción de contenidos y la optimización de recursos en común, pero ¿cómo o quién ejerce el control sobre los contenidos o individuos? Este puede ser de dos maneras, ya sea en forma plebiscitaria, en la que la opción escogida por la mayoría es la que se toma como decisión; o en forma de edición permanente, donde cada individuo, en cualquier momento, añade, corrige o elimina los contenidos aportados por otros individuos. Este último tipo de control de edición es el que se desarrolla en aplicaciones Wiki, como la popular Wikipedia donde el control se fundamenta, paradójicamente, en la inexistencia de privilegios o categorías de control: todos los usuarios tienen la misma jerarquía frente al sistema.
Wikipedia: Un ejemplo exitoso de Inteligencia colectiva
La creación de artículos por el público es una aplicación típica de la inteligencia colectiva en Internet. En el modelo Wiki cualquier usuario puede editar las entradas intencionalmente, esto es, cualquier usuario puede editar cualquier artículo sin restricciones. Los participantes pueden cometer errores, o hasta modificar el contenido maliciosamente, pero con la participación del público, los errores introducidos serán rectificados rápidamente. De esta manera la mayoría de las entradas en Wiki se han mantenido con contenido de alta calidad hasta el momento.
El funcionamiento y estabilidad de este tipo de edición se fundamenta en la Ley de Linus: “dados suficientes ojos, todos los errores serán evidentes”. Así, cualquier internauta (erudito o incompetente, honrado o malintencionado, experto o novel) puede añadir o modificar una entrada, sin registros ni identificaciones previas y entonces el control sobre la información introducida se ejerce posteriormente por todos los usuarios que accederán a esos contenidos ya que, si detectan alguna anomalía, podrán modificarlos nuevamente, sin censura.
¿Entonces, la sociedad aprende en Internet o no?
Sí, pues la inteligencia colectiva se ha erigido como la actual protagonista de los entornos web, y lo ha hecho en tres ámbitos diferentes y con tres funciones: como creadora de contenidos, como socializadora de recursos y como entidad controladora de la producción. Así entonces, Wikipedia es considerada por varios autores como un modelo exitoso para ejemplificar la inteligencia colectiva, ya que a pesar de estar sometida a un elevado número de modificaciones y de tener un enorme número de administradores potenciales, puede utilizarse como herramienta de referencia, incluso con mayor eficacia que otras páginas web, ya que la mayoría de entradas que posee se mantienen con contenido de alta calidad.
Debemos visualizar también que nos encontramos frente nuevas formas de producción y edición de contenidos y eso nos sigue obligando a desarrollar nuevas formas de acceder a ellos, aprender a consumirlos y a gestionarlos con la cautela que se deriva de las nuevas formas de autoría (caracterizadas por la libertad, el anonimato, la ubicuidad, el trabajo en equipo y la constante revisión de la producción), y a pesar del ejemplo de Wikipedia y de que la web en general se está utilizando como fuente de citas válidas en todo tipo de artículos y publicaciones, siempre será necesario tener en mente que, así como debemos cuestionarnos los contenidos que aparecen en televisión, tampoco podemos asumir que todo lo que aparece en forma de libro impreso es la verdad, debemos enfrentarnos a la red: siendo críticos. Críticos con los medios, con todos los medios y no sólo con las nuevas formas de producción o distribución de contenidos en línea.