El día de ayer fue la última puesta en escena de la obra M’hijo el ator. Una obra bastante chistosa, porque los posmos andan con todo últimamente y si bien los que convivimos con ellos nos tenemos que aguantar sus choros, de escritores de posguerra, distópicos; esta obra refleja que ahora no hay más que posmodernidad y conceptos, pero conceptos chistosos.
La obra nos habla de Edgar, mejor conocido en su casa como Chito, cita a sus compañeros de compañía para ensayar en su casa la obra que se estrenará al día siguiente, con miles de interrupciones que hacen imposible que actores como ellos hagan su trabajo, es imposible que puedan crear así.
En su compañía: Teatro Necrófago, hay un gran talento que dirige, produce, pero no actúa en su obra ¿qué clase de monstruo ególatra haría eso? El Marqués es el genio detrás de este nuevo concepto de teatro que es “interesante”. Todos los actores en la compañía de Edgar parecen entender todo el concepto que maneja su director, y aunque a la familia de Edgar le cueste trabajo entenderlo podrán ayudar a todos para al final estrenar a tiempo. Y como siempre pasa en la vida, las mamás siempre, siempre, van a salir ganando.
M’hijo el ator es una obra que habla de una obra postmoderna, o sea es una obra posmo dentro de otra obra… ¿posmo? La metaficción está con todo en este texto, y eso queridos, nos muestra que si todo es relativo, también puede ser posmo. No lo nieguen, sólo vívanlo.
Tristemente con esta obra se cerró la temporada en Ápeiron Teatro y aun más triste Primera OBscena Teatro, la compañía que triunfó con M’hijo el ator se despidió después de cinco años de funciones.
Todo esto conmemorado con la revelación de una placa por la trayectoria de la compañía, el equipo que la conforma, y claro el ciclo de M’hijo el ator, por parte de personajes como Rafael Rivera Díaz, Esteban Montes, Pilar Villanueva y Fernando Martinez Monroy.
Esperamos que algún día vuelvan a reunirse y traigan de nuevo M’hijo el ator, que si no ríes es porque no tienes corazón.