Hell Smith
“Si naciste gay estás condenado a vivir una vida conforme a lo que nosotros dictemos”
Seguramente así contestaría un líder de marketing al preguntarle sobre derechos humanos.
La época de lo políticamente correcto, de la mediocridad como virtud. No sorprende que un movimiento como el LGBTTTIQ tenga los valores de este capitalismo voraz que vivimos actualmente. Este movimiento nació para exigir libertad, pero fue mas cómodo huir de la responsabilidad de evitar convertirse en el circo del libertinaje, y no sólo eso, si no convertir una orientación sexual en un target de mercadotecnia.
Actualmente vemos productos gay-friendly que hacen uso de los absurdos hashtag para apoyar a una “comunidad” que sigue sufriendo discriminación, sigue sufriendo asesinatos, sigue teniendo problemas reales donde un #loveislove, unos tenis Adidas con la bandera de arcoíris o una hamburguesa de Burger King no sirven para absolutamente nada. Incluso su carnaval anual para celebrar algo, aunque nadie sepa qué, queda irónico ante la cruda realidad.
Otro ejemplo es el término “comunidad LGBTTIQ”… se trata de una comunidad inventada y muchas veces repudiada por personas homosexuales por su falta de congruencia.
Han tomado el término para generalizar una orientación sexual, una forma individual de estar en el mundo, para vender productos, insertar valores, crear una jerga, y demás estupideces en nombre de todas las personas “gay”, eso aquí y en china es una manipulación.
No estoy en contra de los valores que promueve esa “comunidad”, por mí sigan haciendo ídolos a los mediocres (Lorena Herrera, Niurka, Lady Wuu…), promuevan en sus bares los estereotipos de los cuales intentan huir cuando salen de allí. Sigan situándose simbólicamente como los outsiders de esta sociedad tomando el último vagón del metro, sigan haciendo su carnaval anual y vuelvan sus carros alegóricos el Times square de publicidad basura oportunista, continúen promoviendo la idea machista de que lo femenino es lo débil.
Pero de que lo hagan a que digan que representan a las personas LGBTTIQ hay una diferencia abismal.Mi única pregunta es ¿por qué se han tomado el derecho de establecer que todos los gays somos estúpidos?
Pero malas noticias, en el mundo existe la verdadera diversidad que no se puede representar con una bandera de arcoíris. Existimos personas que nos gustan las personas de nuestro mismo sexo, pero eso no tiene por qué definir nuestro consumo de productos (cine, música, literatura, bebidas, ropa, etc.). Eso es oportunismo y da lástima saber la cantidad de personas que están consumiendo y promoviendo basura en nombre de una supuesta libertad que absurdamente está liderada por un crudo asunto de mercado.
Y como dice el letrero del bar “gay” El Marrakech Salón en la Ciudad de México:
Gracias por su preferencia sexual.
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