Andrés Piña
Ha llegado el momento religioso, el episodio esencial para hablar sobre la importancia de la locura, su cadencia, su ritmo rápido y atrayente. Sal Paradise conociendo a Bull Lee, en un viaje espiritual lleno de experiencias trascendentales con fármacos robados, drogas y reinos perdidos en la salvaje noche americana. Pero no aumentemos la dosis drásticamente, primero a lo básico; un poco de metadona en el desayuno que Bull Lee es solamente Burroughs, mientras que Paradise es simplemente Kerouac. Y todos se encuentran en la mítica novela ¨On the Road¨.
Todo lo bueno es exceso cuando William S. Burroughs explora como Diógenes, con linterna en mano, extasiado y en pleno delirio de abstinencia, la oscura naturaleza del corazón humano. En “The visions of the daughters of Albion”, Blake dice: “Their daughters worship terrors and obey the violent”. Burroughs continúa esta visión y retrata despiadadamente un mundo en constante explosión. “The naked lunch” es la tesis de un escritor, un arista, que mira a la humanidad con asombro y horror, con pasión y violencia, llena de crímenes y sacrificios.
La agonía construye en las palabras de Billy, un continúo ofrecimiento a los feroces dioses; Figlio y su Padre esos personajes de Pavese ríen en la oscuridad, mientras leen las obras del escritor beat; ellos lo mismo que él, entienden que algunas de las grandes civilizaciones eran civilizaciones que practicaban sacrificios humanos.
Ahora bien, los huesos nos duelen y las alucinaciones nos devoran, “thy soft american plains are mine, and mine thy north and south”, escribe el autor de “Songs of Innocence”. Burroughs obedece jugando a Guillermo Tell y, a consecuencia de eso, mata a su esposa durante su estancia en la ciudad de México.
“But bless his cowly head and press his crankly hat”, canta Joyce en la oscuridad luminosa de Finnegans Wake, no hay dos Burroughs, su figura no acepta imitaciones. La originalidad de la experiencia en sus textos, es parte de su gran calidad literaria.
Dejemos pues que las palabras hablen, vivamos todas las vidas posibles, abandonemos la idea de normalidad, es momento de desayunar.
FIN DE LA ÓPERA.
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