Por: Eduardo Matías
A estas alturas del año muchos habrán visto la película Una aventura extraordinaria (Life of Pi), basada en el libro de Yann Martel y dirigida por Ang Lee, y más si son cinéfilos que no se pierden ninguna de las películas nominadas al Oscar en alguna de sus categorías.
Pues recientemente leí un texto de un autor brasileño, Moacyr Scliar, llamado Max and the Cats de 2003, publicado originalmente en portugués con el título Max e os Felinos en 1981, en donde se cuenta la historia de un joven judío que tiene que escapar de la Alemania nazi. En su huida, aborda un barco con destino al puerto de Santos en Brasil. La tripulación no es nada numerosa y está acompañada de, adivinen, ¡un zoológico! El capitán del navío está envuelto en fraude de seguros por lo que, intencionalmente, hunde la nave y nuestro protagonista, Max, sobrevive en un bote con algunas provisiones y una caja de madera cerrada que cree poder utilizar como refugio, pero cuando la abre un animal salta sobre él: un jaguar.
Max y el jaguar están a la deriva por 17 días. En este lapso, Max debe pescar para alimentar al jaguar e intenta entrenarlo. Un día aparece un tiburón con claras intenciones de atacar el pequeño bote. Max no sabe qué hacer, pero el jaguar le propina unos zarpazos al escualo y salva a ambos de ser devorados. Esta acción los une y provoca que Max se dé cuenta de que no puede convivir más tiempo con el felino. En último de los 17 días de “convivencia”, una gaviota se posa en el bote y ambos personajes quieren atraparla para comérsela. Lo que sucede después me causó risa, pues ambos saltan para atrapar al ave marina, chocan, Max queda inconsciente y, cuando despierta, lo vemos en un barco brasileño preguntando por el jaguar (que ha desaparecido y que los marineros asumen como un delirio del pobre muchacho). El protagonista rehace su vida en Brasil, siempre preguntándose si el jaguar fue real.
Las similitudes con el libro de Yann Martel son evidentes. Apenas me enteré que se le ha cuestionado a Martel si se inspiró en el libro de Scliar para su historia sobre Pi y Richard Parker; si se trata de un vil plagio, puesto que jamás hubo un acercamiento con el brasileño para solicitar algún tipo de permiso, o si es una curiosa casualidad. Martel aceptó tener conocimiento del libro Max and the Cats por medio de una reseña en que le atrajo la idea de un joven compartiendo un bote con un felino, pero que no fue plagio (¡ay, ajá!). Si hay algo que puede diferenciar a un libro de otro es el centro de los textos, pues mientras que Life of Pi trata el tema de las distintas religiones, el libro de Scliar parece más una alegoría política. Fuera de esta discusión entre autores, el que sale ganando es Martel, pues ya tiene una adaptación cinematográfica de uno de sus títulos (que por cierto, me parece que tiene muy buena fotografía).