Texto y fotografías por Karina Zavaleta
El pasado 25 de julio, la banda jalisciense Cuca celebró en el Teatro Metropólitan 25 años de haberse formado; fanáticos de todas las edades se reunieron para disfrutar algunos éxitos de antaño y también algunas rolas de La venganza de Cucamonga (Independiente, 2015), nuevo material discográfico de la banda.
El evento comenzó alrededor de las 8:10 p.m. con Machingón, proyecto jalisciense que conjunta el merengue, la cumbia y el metal. Pablito Makabrito (voz), Piochingón (batería), Dr. Kumbia (guitarra), Tencho Rizo (bajo), Jorge Nitales (congas) y Pito Puentes (timbales), subieron con mucha energía al escenario y, durante media hora, lograron mantener animado a un público que seguramente no tenía idea de quiénes eran estos enmascarados.
Interpretaron sus canciones “Merengue Hardcore”, “Lucha”, “Cómo decirte que no”, “Dr. Cumbia”; dos covers, el primero de “Estos celos”, original de Vicente Fernández, no sin una buena dosis de mentadas de madre cuando la anunciaron, pero que después se convirtieron en aplausos; además de “El triste”, de José José.
No fue sólo el sonido guapachoso y festivo de Machingón lo que los hizo merecedores de ovaciones y de la buena recepción de la audiencia, sino la interacción que tuvieron con el público. Por ejemplo, en su canción “Repegón de camarón”, Pablito explicó que el 380 es la ruta de un camión en Guadalajara, y para que el público defeño se sintiera más identificado, cambió el coro que dice “En el tres ochenta doy repegón de camarón” a “En el metro yo te doy repegón de camarón”. Y en efecto, el Metropólitan coreó esta frase mientras bailaban en sus asientos. Finalmente, interpretaron “Himno Pacheco” en una versión estilo “We will rock you” junto a Armando Palomas.
A las 9:00 p.m. aparecieron en el escenario Nacho “El implacable” González (batería), Carlos Avilez (bajo), Alex Otaola (guitarra), José Fors (voz), y el nuevo corista de la banda (sí, corista), “El Conde Orlok”. Listos para dar rienda suelta al rock durante dos horas, “La pucha asesina” fue la canción que dio inicio al festejo.
Después José pidió a los chicos de Machingón subir al escenario para corear “En el nombre del rock and roll”, canción del nuevo álbum; Armando Palomas subió también. Durante esta rola, se proyectaron fotografías de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, las leyendas “Si pienso me desaparecen”, “Narco-gobierno”, “Corrupción”, y la silueta Enrique Peña Nieto con un signo de pesos en la cara. “Caca Pop”, también de La venganza de Cucamonga, sirvió para que Elis Paprika, y Sandra y Cristi de la banda Descartes a Kant compartieran escenario con la Cuca. Aun había un par de invitados, Arturo Tranquilino, guitarrista de Yokozuna, subió al escenario para interpretar junto a Alex Otaola “Alcohol & rock and roll”.
El público desfogó energía desde el inicio; aunque el teatro no es muy propicio para armar el slam, los asistentes saltaron y corearon un éxito tras otro. Sin embargo, después de aproximadamente una hora, gran parte de la audiencia estaba recostada en sus asientos. Pero en la última racha del concierto, los fanáticos retomaron aire y se deleitaron con el solo de Nacho González en la batería, quien se tomó un pequeño descanso mientras la última invitada de la noche, Iraida Noriega, tomó el micrófono para interpretar junto a José “La balada”.
Una de las canciones más coreadas fue “Cara de pizza”, durante la cual, José aprovechó para agradecer al público y a todas las personas que han apoyado a la Cuca durante su carrera. No podían dejar a sus fanáticos sin escuchar “El son del dolor”, canción con la que todos sus invitados subieron al escenario; a mitad de su interpretación, José e Iraida interpretaron un son cubano que cortó un poco la emoción del momento, pues la gente coreaba a todo pulmón hasta que su inspiración fue interrumpida, no obstante, cuando la canción retomó su curso, a nadie le costó trabajo corearla hasta el final.