-Fuga-
Suena la guitarra
entre festejos y aplausos.
Andrés Piña
Mis manos son la lluvia que cae en la noche. Nada parece real. La naturaleza de hierro nos embruja y la adoramos por eso. Había una sombra aquí y yo caminaba sobre ella, pero ya no está, se ha ido. La locura nos ha formado. Conozco la fértil melodía que cantas, en donde los sueños nacen a golpes de aire, como bailarinas que saltan desafiando a la gravedad. Ellos van solos, como cansados, van de un lado a otro bailando y creciendo. Hay tantos sueños que no se ve la otra esquina. Mañana la ciudad nos sabrá diferente, tendrá un olor y una textura más tierna, más salada.