Por: Eduardo Matías Cruz
Habrá infinidad de animales asociados al disco solar, pero ninguno tan maravilloso e inspirador como el pavo real. Animal que es referente de la vanidad por el despliegue de su cola que tiene varios significados en distintas culturas. En esta ocasión El mitote cambiará ligeramente para mostrarles que esta ave ha inspirado más que mitos y literatura.
Sabemos que el distintivo de este fasiánido asiático es el abanico policromado que forma la cola de los machos. Quien jamás ha visto algo semejante quedará maravillado por ella como lo hicieron aquellos que exportaron al mundo entero tal especie. Unos dicen que a Europa llegó en uno de los viajes de Alejandro Magno y otros cuentan que en la Antigua Grecia ya era conocido, tanto así que era el ave distintiva de Hera y de la que se cuenta, heredó los ocelos multicolores tras la muerte de Argos Panoptes, el gigante de múltiples ojos, a manos de Hermes.
El pavo real es emblema solar presente en culturas tan diferentes como la birmana y la camboyana que dedican una danza a este animal. Es en tal región donde la muerte de un pavo real es una llamada a la lluvia, pues la muerte del símbolo solar significaría el triunfo de las aguas, es decir, el éxito de las serpientes que se identifican con el elemento líquido. En el hinduismo, el pavo real es la montura del dios de la guerra: Kārttikeya o Skanda, y éste transporte también es relacionado al sol, de igual manera se le conoce como “el destructor de serpientes”, como exterminador de ofidios adquiere la transmutación de los venenos absorbidos que resulta en la belleza de su plumaje. En el mismo hinduismo, el pavo real es el trono de Buddha al que se asocian el color rojo y el fuego.
Al poder transmutar los venenos adquiere, además, el símbolo de inmortalidad, lo que lo acerca junto con los atributos de ave de fuego y ave de sol al ave fénix, y también lo hace cercano a una tradición oral rusa que habla de un pájaro de fuego o zhar-ptitsa que tiene plumas con un brillo intenso y es una bendición y condena para su captor. En la iconografía es representado como un pequeño pavo real con los colores del fuego, una cresta idéntica a la del pavo real y unos ojos de brillo intenso en las plumas de la cola. En Rusia existen cuentos donde el pájaro de fuego representa el papel de un objeto de difícil resolución. La mayoría de estos cuentos comienza cuando el personaje principal encuentra una pluma capaz de iluminar el cuarto más oscuro, en estos relatos la pluma perdida sirve como premonición de un duro viaje (como ocurre con aquellos escritos de iniciación del héroe).
El concepto de pájaro de fuego caracterizado como un pequeño pavo real tiene paralelo en leyendas iraníes, del mismo modo en que aparece en el cuento “El pájaro de oro” de los hermanos Grimm y en un cuento de Hazaran Blbul. Las historias folclóricas del zhar-ptitsa han inspirado, igualmente, el ballet L’Oiseau de feu de Ígor Stravinsky, cuyo argumento nos presenta al príncipe Iván persiguiendo toda la noche a un pájaro de fuego que consigue capturar y al que libera tras la súplica, obteniendo a cambio una pluma y la promesa de auxilio cuando Iván agitase la pluma. Iván encuentra a trece princesas de vuelta a casa y queda enamorado de la más bella. Al amanecer, los sirvientes de un mago malvado apresan a Iván y el protagonista pide la intervención del ave de fuego, quien luego de intentar aturdir a los monstruos le confiesa a Iván que el corazón del mago está oculto en un huevo. Iván se apodera del huevo y lo estrella en el suelo, por lo que logra destruir al brujo y romper los hechizos que aquel lanzó contra las trece princesas. El ballet termina con la celebración de una boda.
En China, el pavo real expresa paz y prosperidad y se le conoce como un alcahuete, aparte de que los chinos dicen que la sola mirada del pavo real basta para hacer concebir a una mujer. En el país de las dinastías e incluso en los países con tradición mayoritariamente cristiana la cola del pavo real evoca tanto al sol como al cielo estrellado.
En Oriente medio es representado a cada lado del árbol de la vida como símbolo del alma incorruptible y de la dualidad psíquica del hombre. En el islam, el abanico policromado es visto ya sea como el universo, ya sea la luna llena, ya sea el sol en el cenit, según Chevalier.
Finalmente, existe una leyenda cuyo origen es asumido como pérsico en el que se cuenta que Dios creó al espíritu con forma de pavo real y le mostró su propia imagen en el espejo de la esencia divina. El pavo real al ver tal imagen dejó caer dos gotas de sudor provocadas por el “respetuoso temor” y de estas gotas se dice que fueron creados los demás seres, por lo que el despliegue de su cola simboliza el despliegue cósmico del espíritu.