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De gritos y Trump(adas)

Por Sir-Caainou

Hace más de un mes (16 de junio), Donald Trump emitió declaraciones de obvios tintes discriminatorios y xenófobos contra los mexicanos, al tiempo que hacía oficial su intención por competir por la candidatura republicana a la presidencia de Estados Unidos. Dejó claro que para él México no es amigo de aquel país, sino que lo considera abiertamente un enemigo, al lado del Estado Islámico, China y Japón. Y por encima del simplista cuan absurdo supuesto de levantar un muro entre los dos países para evitar el flujo de migrantes hacia el vecino del norte, señaló que “México manda a su gente […] con un montón de problemas [que] Están trayendo drogas, el crimen, a los violadores”, pero hizo el favor de dudar y reponer que asume “que hay algunos que son buenos” (menos mal).

Las afirmaciones del empresario se inscriben dentro de una corriente política neoconservadora, que como una de sus vetas busca cifrar en los migrantes (documentados y no) una parte considerable del actual declive imperial de Estados Unidos, que el mismo Trump reconoce. A la vez, apuesta por reunir a detractores de las políticas de la administración Obama alrededor de un “enemigo” común, que dé sentido al reacomodo de fuerzas en el escenario internacional y desvíe la atención de la verdadera causa: el agotamiento del modelo económico, esa putrefacta entelequia que hoy más que nunca sobrevive de modo artificial.

La reacción del Estado mexicano ante tales necedades del otrora protagonista de un reality show  fue de una tibieza que ya no sorprende a nadie, pues no pasó de una condena en el Congreso, de un ninguneo del entonces subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Sergio Alcocer, y el silencio de Peña Nieto, más inteligible que cualquier cosa que pudiera decir. Los más encendidos y significativos efectos vinieron de la población mexicana y de un sector industrial, específicamente de la televisión.

De acuerdo a una nota aparecida en el diario El Economista el 3 de julio, alrededor de 100 peticiones relacionadas con Donald Trump fueron iniciadas en change.org, una plataforma digital de alcance mundial que, como avaaz.org, busca generar cambios a partir de la concientización de las personas mediante el inicio de campañas en favor de alguna causa, sumando personas a la misma a través de la recolección de firmas. De la centena mencionada, la mayoría surgieron como reacción en contra del discurso de Trump de aquel 16 de junio, las menos se relacionan con otros tópicos, como una que versa sobre el boicot a los intereses económicos de Donald por el visto bueno de éste a prácticas de cacería furtiva por parte de sus hijos, o incluso una que apoya las lamentables declaraciones del republicano. Entre las más destacadas aparecen aquellas dirigidas al Chef español, José Andrés; al alcalde de Nueva York, Bill di Blasio; a la Professional Golfer’s Association of América; a la cadena de televisión NBC y a Amazon para que rompan cualquier negocio o relación con el político-empresario. 

A raíz de una de esas peticiones que alcanzó más de 200 mil firmas, la NBC decidió romper los tratos que había venido sosteniendo con Trump. La misma nota fue tocada por Univisión, OraTV (empresa bajo la firma de Carlos Slim) y Grupo Televisa, al cortar sus negocios con Donald. Incluso, en un comunicado, Televisa sentenció que “no es indiferente ante esas declaraciones y rechaza enérgicamente toda forma de discriminación, racismo o xenofobia”. Y no es que de repente le haya salido consciencia a éste consorcio, no es que Azcárraga se haya levantado un día y decidiera mirar por su prójimo. Nada de eso, que nadie se equivoque. Es muy probable que se deba a un mero cálculo económico, pues considerando que la televisión abierta ha venido perdiendo más y más terreno frente a la restringida, y combinado con el patrioterismo que despertó entre los mexicanos (como en cualquier otro pueblo) los comentarios tan fuera de lugar, mantener las relaciones con Trump podría haber impactado de manera negativa (si eso es posible) la imagen de la Fábrica de las pesadillas y afectado sus ya de por sí mermados ingresos.

Algo similar pudo ocurrir en el caso de OraTV, Univisión o la NBC, la primera de un mexicano y la segunda y tercera que apuestan cada vez más al mercado hispano, como lo demuestra el relanzamiento del canal NBC Universo (antes mun2). Debe valorarse entonces que alrededor del 30% de los inmigrantes son de origen mexicano, que “los hispanos son el mayor mercado minoritario” de Estados unidos y que su poder de compra “superaría 1.5 trillones de dólares en 2015, cerca del 11% del total de Estados Unidos” (http://consulmex.sre.gob.mx/mcallen/images/stories/2013/contribuciones.pdf.). Esto podría dar una idea más acabada de las razones de fondo que llevaron a las cadenas de televisión a romper sus negocios con Trump.

Lo anterior no significa despreciar la influencia de plataformas como las mencionadas channge.or y avaaz.org, pues van cobrando mayor relevancia y los círculos de decisión políticos y económicos no pueden permanecer ajenos a ellas, no sólo porque constituyen un espacio de muestra social, sino porque pueden ser utilizadas para medir el pulso de la ciudadanía (muchas veces internacional) y saber qué tan elongable es o no un caso específico. Son, al mismo tiempo, campos de organización y comunicación sin fronteras que puede articular movimientos y formas de lucha; no sólo alzan el tono de las voces normalmente anónimas, sino que son un verdadero grito a los centros de poder. Basta dar un recorrido por las miles de peticiones para comprobar la suma de victorias alrededor del mundo en torno a causas de tan variada índole.

Algo más hay que rescatar del episodio de Donald Trump. El empresario-político es apenas un botón de muestra del radicalismo derechista que se pasea por Estados Unidos, y sus dichos no son un desliz ni un lapsus, son un claro indicador del tipo de poder que está en ascensión en nuestro incómodo vecino. Como potencia en declive, hará lo necesario para no terminar por colapsar, y el tiempo ha demostrado que los discursos de seguridad y del retorno a la grandeza logran llevar al poder a gobiernos de corte conservador. Siendo el país con el cual México mantiene relaciones de diversa naturaleza, a todos debería interesarnos cómo se desarrolla el tópico.

Eric Angeles

Editor y fundador de revista Iboga, literato de formación, mercadólogo digital de profesión y diseñador web cuando hay necesidad.

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