En 1996 un grupo de médicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland se reunieron para su sesión clínica semanal de patología. A cada médico se le asignó un caso complejo (anónimo) sin diagnóstico. Su papel en el ejercicio era discutir las condiciones del paciente y el curso del tratamiento. A uno de los participantes, el Dr. R. Micheal Benítez, se le dio (sin decirle) el caso de Edgar Allan Poe, que hasta ese entonces seguía siendo un misterio.
Lo esencial del caso de Poe es que fue encontrado semiconsciente el 3 de octubre de 1849 en un tablón de madera colocado entre dos barriles afuera de la taberna de Ryan en la avenida Lombard en Baltimore. Traía puesta ropa ajena, ya que le habían robado su traje. Encontrarlo en este predicamento seguramente no fue una gran sorpresa ya que tenía un historial de abuso de alcohol y opiáceos. Fue llevado al Washington College Hospital (después renombrado Church Hospital), y sus cuatro días finales fueron descritos en su historia clínica de la siguiente manera:
Basado en la evidencia histórica, Benítez concluyó que la rabia era la causa más probable de la muerte de Poe y que pudo haber contraído rabia de una de sus muchas mascotas. Benítez había analizado otras posibles causas para explicar el delirio, como trauma, epilepsia, cáncer, síndrome de abstinencia de alcohol y opiáceos, pero ninguna de esas enfermedades fue consistente con los síntomas de Poe, y adicionalmente había cuentas de que Poe no había bebido una gota de alcohol durante los seis meses previos a su muerte.
En la conferencia Benítez comentó “Es también inusual para un paciente el recuperarse por un breve tiempo y luego empeorar y morir” Los síntomas de Poe fueron más bien consistentes con una infección del sistema nervioso central (SNC), como la rabia, en lugar de abuso de alcohol o drogas. El promedio de supervivencia después de la aparición de los síntomas de la rabia en ese período fue de cuatro días (El mismo número de días que Poe había sido hospitalizado antes de su muerte).
La rabia
La rabia es una enfermedad infecciosa viral que afecta al Sistema Nervioso Central provocando delirios e hidrofobia así como agresión y estupor. Es una de las enfermedades más antiguas y más temidas, pues se conoce desde hace más de 4000 años. El primer registro escrito sobre la rabia data de 1930 a.C. en el código de Hammurabi y establecía que el dueño de un perro que mostrara síntomas de la rabia debía tomar medidas preventivas para evitar mordeduras. Si una persona era mordida por el perro y después moría, el dueño debía pagar una fuerte multa.
Alrededor de tres cuartas partes de las personas que contraen rabia experimentan síntomas de encefalitis (irritación e hinchazón del cerebro) y por consiguiente dolor de cabeza, malestar general, fiebre, hidrofobia (horror al agua, síntoma característico que suelen tener quienes padecen esta infección), dificultad para tragar, ansiedad, alucinaciones… hasta caer en coma y posterior muerte, en un promedio de 18 días después del contagio.
Aunque hay vacunas disponibles hoy en día contra la rabia, ésta todavía permanece como un reto importante para los departamentos de control animal y los organismos de salud pública, pues se estima que el número de muertes causadas por el virus de la rabia en el mundo oscila entre los 40 000 y 70 000 cada año, y 40% de los infectados son niños (OMS, 2010).
En su análisis Benítez descartó otras posibles razones para el delirio de Poe, como metabólicas, endocrinas, nutricionales, por envenenamiento, o enfermedades infecciosas que causan delirios (como la fiebre amarilla o la malaria). Y la hidrofobia como síntoma de Poe es el sello distintivo de este caso. Otras teorías sobre la causa de muerte de Poe incluyen el suicidio, el asesinato, cólera, sífilis e incluso haber sido captado por agentes electorales que lo indujeron a beber para hacerlo votar y luego, ya en estado de ebriedad, lo abandonaron a su suerte. Gran parte de la información existente sobre los últimos días en la vida de Poe proviene del doctor John Joseph Moran, el médico que lo trató en el hospital.
Nunca sabremos si el análisis aquí expuesto es correcto; sin embargo la teoría de Benítez es plausible. Y hasta ahora sólo una cosa está clara, Poe, uno de los mejores escritores de suspenso y terror, creador de relatos donde las sombras de lo sobrenatural parecen siempre a punto de abalanzarse sobre el lector, tenía que irse como se fue: delirando y entre fantasmas.
Información obtenida de Shors T. 2009. Understanding viruses. Jones and Bartlett Publishers. Massachusetts, Estados Unidos.
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