No en la primera, sino en la última página
de la crónica es dónde está escrito el
nombre verdadero del héroe.
-León Felipe-
Por: Andrés Piña
Ha caído, Chihuahua; los federales lo saben y por eso huyen. Desde lejos, se puede ver todo el polvo que las tropas villistas van levantando al llegar a la ciudad. Junto con los dorados, viene cabalgando un joven americano nativo de Portland, Oregon. A simple vista tiene entre 25 o 26 años y aún se le nota cierto aire de Harvard, su nombre es Juanito pero se apellida Reed. Este periodista norteamericano, ha venido desde su país a presenciar y narrar la lucha revolucionaria del pueblo mexicano. Él dice llamarse John, pero entre los campesinos venidos a soldados, se le conoce solamente como Juanito. Parece gustarle el suelo patrio, sobre todo al atardecer. Para él, los campos norteños guardan cierta esencia. Por eso es que decidió plasmar a manera de crónica, todo aquello que vivió a lado del general Pancho Villa en el libro “México Insurgente”, clásico indiscutible de la literatura mexicana.
En una dedicatoria a Charles Towsen Coppeland, escribió:
“…ser tu amigo es tratar de ser honrado intelectualmente.”
Juan de la Cabada pone especial énfasis en esta frase, quizá porque es uno de los pocos testimonios, acerca de la personalidad del periodista.
John Reed murió en 1920, en Rusia. Fue enterrado en el Kremilin. Su libro “Los diez días que estremecieron al mundo”, aún hoy es considerado un texto periodístico invaluable, junto con “México Insurgente”, que sigue editándose al menos en México. Sin embargo su legado, al igual que su obra, seguirá viviendo; y ya es momento de que nosotros lo llamemos al final de la crónica, por su verdadero nombre.