Por: Andrés Piña
Desde la aparición de Die Blechtrommel (El tambor de hojalata) en 1959, Günter Grass no ha dejado, pese a las críticas, de escribir y revelar a los personajes o acontecimientos que de una manera u otra han sacudido a la historia Alemana. Ganador del Premio Nobel de Literatura en 1999 y del Premio Príncipe de Asturias, este escritor nacido en Danzing (1927) se ha consagrado mayormente comonovelista, sin embargo su producción no termina allí. Por el año de 1990 se dedicó a escribir un diario, justo en los momentos en que las reformas democráticas de la extinta RDA hablaban de unificación. Gracias a Alfaguara, hoy nos llega este diario mediante la traducción de Carlos Fortea y en él, podemos leer acerca del papel que Grass desempeñó durante ese momento histórico, al igual que el viaje que realizó por Alemania Oriental y su visión un tanto crítica e íntima de los procesos que en ese entonces ocurrían. Sus preocupaciones políticas y la desconfianza ante una unificación que no le parece por razones expansionistas, son recurrentes y poseen todavía un valor esencial. Por otro lado las opiniones estéticas y personales que aparecen son confesiones de la persona y no del escritor. Podría decir que este diario, es una especie de máquina capaz de transportarnos a un país dividido, lleno de sueños e inminentes fracasos. El Titulo “De Alemania a Alemania, Diario 1990” (Unterwegs von Deutschland nach Deutscland, Tagebuch 1990) es un gran título, ya que da la idea de la presencia en forma de testimonio, un testimonio que efectivamente busca hablar por aquellos que no pueden y que sin embargo, estuvieron ahí. Desde el principio en Vale das Eiras (Portugal) el 1 de enero de 1990, hasta el final en Faro-Hamburgo el 1 de febrero de 1991, Grass cumple al dejar un retrato de las personas y el tiempo que vivió. Independientemente de la perspectiva que hoy se pueda tener de lo ocurrido al caer el muro de Berlín, este diario vuelve a mostrar a ese intelectual congruente, muy parecido al escritor joven que encantó alguna vez al mundo con Oskar y su tambor.