Me siento frente a la lap, preplejo, y comienzo a seleccionar lo que será mi primera publicación de fotografías. De verdad la primera. Instagram no cuenta. No mucho, en este caso. ¡Qué poca madre!, pienso.
La historia testifica que una chica que antes tenía el cabello largo y ahora corto, invitó hace un par de meses, o un poco más, a un pelmazo panzón y semi-calvo a presentar sus fotografías de celular en Revista Iboga. Yes, my friend: de celular. Tal sujetillo no estudia ni estudió fotografía. Comenzó a tomar fotos en algún momento de su vida y no ha dejado de hacerlo. Opta más por la fotografía análoga, pero no desprecia lo digital del todo.
Vamos a lo bueno:
¿Qué es aquello que se observa todos los días? De algún modo, a través de los años, los meses o las semanas, se ha formado un vínculo, una apropiación entre el objeto, el espacio y el ser humano. Se trata de ejemplificar sensaciones a través de imágenes que presentan lugares deteriorados y vacíos, objetos abandonados y totalmente mundanos. Las siguientes fotografías son una mirada limitada, sólo la percepción de un sujeto clasemediero.
Dicen que tus primeras 10,000 fotografías serán las peores. Yo no lo sé. Nunca las he contado ni pienso hacerlo.
Estén pendientes a la convocatoria que Iboga lanzará próximamente para dar apertura al trabajo de fotógrafos que buscan dar a conocer su trabajo.