Por Eric Ángeles
Tuvimos la oportunidad de entrevistar al escritor Álvaro Uribe, que celebra la reedición de Taller del tiempo después de 10 años por la editorial Tusquets. El autor de “El expediente del atentado”, obra llevada al cine en los últimos años, nos habló del destino, las relaciones familiares y la libertad perdida.
El escritor nos cuenta sobre el gusto que le da la reedición de su libro, “afortunadamente me evitaron el dolor de releer el libro, si lo hubiera hecho probablemente hubiera modificado algo. Releerse siempre es una acción perturbadora, cuando no te gustas, y es peor cuando te gustas, porque si dices ‘qué bárbaro, qué bueno era yo’, quiere decir que ya no lo eres”.
“La historia nos cuenta los enfrentamientos entre varones de tres generaciones, tres familias sucesivas. Al primero le dicen Miguel Primero, al que sigue Miguel Segundo y al último Miguel Tercero, todos ellos intentan salir de esta maldición de pugna entre padres e hijos, nadie los maldice, son ellos mismos los que crean la maldición”, nos cuenta Uribe. La novela, además, tiene una estructura compleja, dividida por capítulos que pueden funcionar como relatos autónomos, con diferentes personajes, puntos de vista y necesidades narrativas.
“También podemos fijarnos en el título. Si es el taller del tiempo, es una clara alusión a H. G. Wells, lo que denota una estructura con una ambición fantástica. La novela comienza con un joven, que cree que viaja, o dice que viaja en el tiempo hasta que él mismo tiene 50 años, y en un momento dado se encuentra con sí mismo. El lector debe decidir si es verdad o el personaje está borracho”, y es que la novela tiene diversos guiños de literatura fantástica, muy al estilo Todorov, ya sea muertos hablando, pactos con el supuesto diablo y extrapolaciones físicas.
“La novela tiene una estructura circular, completamente esférica. Los libros son paralelepídedos, rectángulos, hechos de papel. Tienen un inicio y un fin. A mí me hubiera encantado que este libro fuera una esfera, que no hubiera primera página ni última y que el lector entrara a la obra donde quisiera y que dentro se quedara ahí, dando vueltas, como le pasa al personaje.”
Ya más en confianza, Álvaro Uribe nos habló sobre su perspectiva del destino: “Tiendo a pensar que es difícil escapar de tu destino. Ya vienes cargado genéticamente. Eres bueno para unas cosas y no eres nada bueno para otras. Tienes tendencias que podrás controlar, pero no borrar. La segunda elaboración del destino es la familia, que te determina, te orienta hacia un camino. Puedes obrar en contra de tu destino, pero difícilmente te escapas. Al pelear con tu destino estás siendo marcado. Tu destino, aunque no lo cumplas, te determina con las acciones que realizaste para no cumplirlo.
“Yo pienso que la libertad se gasta, como se gasta el dinero. Si tú te casas a los 25 años, te puedes divorciar, puedes asesinar a tu esposa, puedes huir de ella, hay miles maneras de interrumpir tu decisión, pero no puedes revertirla, ya te casaste. Todas las decisiones que vamos tomando, especialmente las grandes, gastan un poco tu libertad: ya no puedes decidir no haber decidido eso. A medida que vas siendo mayor, aunque no seas un hombre muy osado, ya has tomado muchas decisiones, y todas ellas van limitando tus posibilidades. Cuando tengas 60 años, será muy poco lo que puedes hacer en comparación a cuando tienes 20. Todas las decisiones te van marcando, por eso dicen que hay que esperar que alguien muera para juzgarlo correctamente, porque ya no hay cambio posible.”