Por: Eduardo Matías Cruz
Informante: Jorge Gutiérrez
Resulta que una de las señoras que trabajan en la Fundación para las Letras Mexicanas también trabajó para la Fundación Octavio Paz, llegó a esa fundación porque antes trabajaba para Paz y Marie-Jo en la Casa Alvarado (la Fonoteca Nacional en la actualidad), en Coyoacán, donde murió el escritor. Después de la muerte de Paz contrataron a otra mujer para que ayudara en la limpieza. Esta nueva señora no había conocido a Octavio Paz. Un día Lucy, la señora de la Fundación para las Letras, la encontró limpiando los jardines de la casa de Marie-Jo y le dijo: “Oye, ¿qué estás haciendo limpiando los jardines? Eso no nos toca hacerlo a nosotras, aquí no se limpian los jardines” y la señora le respondió: “Sí, a mí me dijo un señor que los limpiara”. Lucy le contradijo: “No, aquí no hay ningún señor y nadie te dijo que los limpiaras. Deje ahí”. Tiempo después estaban ya en la casa y la señora le dijo a Lucy: “¡Mire! Ese fue el señor que me dijo que limpiara el jardín” y señaló la foto de Octavio Paz.